Una característica clave de la ideología capitalista es la promoción del individualismo, esto es, el principio que el esfuerzo individual recompensa y beneficia al individuo. Es un código que se ha transformado en moral y a partir del que se genera una concepción de la justicia. Se establece una ética de la responsabilidad individual para el éxito y el fracaso.
Diener et al. (1995) halló, a partir de diferentes repertorios de datos, y de medidas múltiples que el concepto de individualismo "definido como libertad personal y la habilidad para perseguir los propios intereses" se correlacionaba positivamente con un alto Bienestar Subjetivo (BS) comparado con otros predictores en 55 países.
Décadas de investigaciones de la calidad de vida han documentado la relación entre las características individuales. Estos estudios han permitido formular la hipótesis que los factores que reflejan las preocupaciones individuales, tales como la libertad de elección y medidas relacionadas con el estatus individual, predicen más altos BS. Ahora, la pregunta es qué pasa cuando la organización intenta desarrollar una cultura más colaborativa. Al parecer estos factores tenderían a ser más difíciles de instalar, dado el fuerte lazo entre el alto BS y el individualismo. Es por ello, que quizás se identifican mayores variaciones o dispersiones del BS o felicidad, al examinar el comportamiento de los individuos en los equipos de trabajo, esto es, el BS analizados desde la inter-subjetividad, como bienestar psicosocial.
Al introducir códigos morales más cooperativos, es posible que se observe algún grado de fractura moral en la cultura organizacional. La cultura oficial invocaría una cultura basada en valores de cooperación mientras el ordenamiento interno de la organización apunta a estimular que los individuos persigan sus propios intereses y participen de una cultura interna competitiva entre individuos.
El código moral individualista puede superar un enfoque de cultura colaborativa, dada la lógica diaria en la que se desenvuelven los individuos. Esto significaría que los factores individuales del bienestar o felicidad serían los predictores más importantes al momento de evaluar la felicidad y la satisfacción de vida.
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